¿Y si ya hay mascotas en casa?
La regla de oro es clara: los que ya estaban tienen prioridad. No cambiemos sus rutinas ni mostremos favoritismos, así evitamos celos o conflictos. Con paciencia y atención, podemos ayudar a que se conozcan y aprendan a convivir.
Con un gato ya en casa
La convivencia con un gato puede ser un poco más desafiante, sobre todo si ya es adulto. Lo más común es que cada uno encuentre su espacio y se eviten. El gato, desconfiado por naturaleza, buscará refugio en lo alto o en algún rincón seguro hasta sentirse tranquilo. No apuremos el encuentro: cuando él decida salir, el clima en casa será más relajado. Antes de la llegada del nuevo cachorro, preparemos un lugar elevado y tranquilo solo para el michi.
Con un perro ya en casa
Entre perros suele haber buena onda, sobre todo si tienen espacio y no hay rivalidad de sexos. Lo ideal es presentarlos fuera de casa, con correa y de a poco, para evitar temas de territorio y dejemos que ambos se olfateen entre sí para que se conozcan. Un cachorro puede revitalizar a un perro mayor, y éste a su vez le enseñará límites y buenos hábitos.
TIP: siempre asegurémonos que cada uno de nuestros peludos amigos tenga sus cosas y su alimento específico.